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domingo, 2 de octubre de 2011

Relato de los Tehuelches

Relatos de los Tehuelches. Tomados y adaptados de: Bormida, Marcelo y Siffredi, Alejandra. 1969-70. Runa XII (partes 1-2).                                                
                                               Episodio de la hija del Sol.

El Sol tenía mucho poder: a los paisanos que llegaban allá arriba al otro mundo se los comía o los tiraba por ahí; si no los hacía matar por los bichos de su familia. Elal quiso ir allá de capricho para ganarle: "Tanta gente de los paisanos que se perdió, ahora me voy yo, a mi no me va a hacer nada. Me voy a casar con la hija, y después la dejo". De acá se fue montado en un guanaco hasta el mar y después siguió el viaje en Kúkn, el cisne, que lo llevó para arriba. Iban volando cerca del mar, en rueda, dando vueltas para arriba porque derecho no podían llegar; "me cansé", decía Kúkn, y entonces Elal disparaba su flecha, y ahí se armaba una isla de esas que están en el mar cerca de Santa Cruz. Así llegaron al Toldo del Sol.
Elal quería casarse con la hija, pero el sol no se la quería dar. El sol le dio varios trabajos: primero lo hizo sentar en un pozo hondo para que se cayera adentro, pero Elal, con su poder, secó el pozo con tierra que había llevado de acá. Después vino acercándose un lagarto grande donde estaba Elal, pero él ya tenía su flecha lista, y cuando estaba cerca le pegó un flechazo y lo mató. Entonces, la luna, la esposa de Kéenguenken (sol), le pidió un huevo para usar la cascara para tomar agua. Elal le dijo "¿Donde voy a encontrar eso?", "Allá hay un avestruz echado" dijo la Luna. Bueno, Sol y Luna dejaron dos huevos, uno a cada lado de dónde tenía que pasar Elal, y el avestruz estaba echado atrás. Cuando venía Elal acercándose al Avestruz, los huevos reventaron para pegarle, pero él se puso una gorra de piedra, y entonces los huevos reventaron contra las piedras y ahí quedaron. Y Elal se los llevó a la Luna. 
Después le pidieron cogote al guanaco. "¿Dónde voy a conseguir guanaco acá?". "Hay un guanaco macho allí arriba, en el cerro", le contesto la Luna. Bueno, se fue para allá y el guanaco empezó a bajar enojado y gritaba. Entonces, Elal se convirtió en un chulengo y se fue al lado de una laguna. El guanaco macho estaba por atacarlo cuando Elal dijo "Ikónon, ikónon..(abuela, abuela), y entonces vino la abuela y se convirtió en menuco (pantano) y ahí cayo el guanaco. Elal se volvió hombre de nuevo y le pegó con las boleadoras en la cabeza, le sacó el cogote y se lo llevó a la Luna.
Entonces el Sol y la Luna ya no pidieron más cosas y al final su hija se casó con Elal. Pero Elal la quería dejar y decidió irse sin ella. La Luna le dijo a su hija que lo siguiera de a pie, y así lo hizo. Pero él fue hacia el mar, y la mujer se metió pero se hundió y se perdió en el mar y ahí quedó para siempre. Ahora la llaman Sirena. Cuando sale la Luna nueva, sube el mar y se enoja, hace espuma; la Sirena lo hace mover porque ve a su mamá arriba, y cuando la luna va bajando, también va bajando el mar.




Cueva de las manos- Cañadón del Río Pinturas- Santa Cruz
Patrimonio Cultural de la Humanidad
Las cuevas conservan pinturas de los indios tehuelches y de sus antecesores, de hasta 9 mil años de antigüedad