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miércoles, 26 de junio de 2013
lunes, 24 de junio de 2013
La tierra tiene memorias.
Ñi imatalegna Na choxoden, Na choxoden. ´ma ´ma jelec, ´ma ´ma jelec
Dios, este es mi ruego, este es mi ruego. Este es mi lugar, este es mi lugar.
God . This is my prayer, this is my prayer. This is my place, This is my place.
Dios, este es mi ruego, este es mi ruego. Este es mi lugar, este es mi lugar.
God . This is my prayer, this is my prayer. This is my place, This is my place.
sábado, 22 de junio de 2013
jueves, 20 de junio de 2013
Patrimonio Arqueológico
Diagnóstico Arqueológico y Etno-Histórico
La información sobre el pasado prehispánico en la Provincia del Chubut es disímil en su calidad informativa y en su dispersión regional. Para cumplir con los propósitos fue necesario consultar todo tipo de fuentes que se ordenó del siguiente modo:
Se tomó en cuenta la información generada por los proyectos de investigación que están siendo llevados a cabo en la actualidad en la Provincia, aprobados y financiados por las entidades gubernamentales (CONICET, Agencia Nacional de Promoción de la Ciencia y la Tecnología, Universidades, Subsecretaría de Cultura Provincial, Secretaría de Cultura de la Nación) o privadas (Empresa Benetton). Su distribución se observa en el Mapa Nº 2.1 y Tabla Nº 2.1 de Distribución de Proyectos en Patagonia que siguen a continuación. Estos cubren un escaso porcentaje del territorio provincial y se concentran fundamentalmente en la región Noroeste de la Provincia, departamentos Cushamen y Languiñeo, mientras que en la costa se han iniciado recientemente los trabajos de investigación, ligados a la problemática costera de la Provincia de Santa Cruz, en el departamento Escalante.
Estos son los siguientes:
Se tomó en cuenta la información generada por los proyectos de investigación que están siendo llevados a cabo en la actualidad en la Provincia, aprobados y financiados por las entidades gubernamentales (CONICET, Agencia Nacional de Promoción de la Ciencia y la Tecnología, Universidades, Subsecretaría de Cultura Provincial, Secretaría de Cultura de la Nación) o privadas (Empresa Benetton). Su distribución se observa en el Mapa Nº 2.1 y Tabla Nº 2.1 de Distribución de Proyectos en Patagonia que siguen a continuación. Estos cubren un escaso porcentaje del territorio provincial y se concentran fundamentalmente en la región Noroeste de la Provincia, departamentos Cushamen y Languiñeo, mientras que en la costa se han iniciado recientemente los trabajos de investigación, ligados a la problemática costera de la Provincia de Santa Cruz, en el departamento Escalante.
Estos son los siguientes:
- "Proyecto de Rescate del Patrimonio Arqueológico de la Provincia del Chubut-Area Piedra Parada", ubicada en el Río Chubut Medio, entre las localidades de Gualjaina y Paso del Sapo (N° 22 del Mapa Nº 2.1 y la Tabla Nº 2.1 de Distribución de Proyectos de Investigación) (Aschero et al 1983 y 1991, Bellelli 1987, 1988, 1991, Bellelli y Carballido 1998, Fernández 1997, Fisher 1987, Nacuzzi 1987, Nacuzzi y Pérez de Micou 1987 y 1983-85, Onetto 1986-87, 1987, Pérez de Micou 1985-87, 1987 y 1991, Pérez de Micou et al 1992, entre otros).
- "Recursos económicos en las sociedades prehistóricas de Pampa-Patagonia. Sus indicadores en el registro arqueológico" (N° 6), que comprende en parte el área anterior y la zona ubicada más hacia el Norte, la parte del proyecto "Arqueología y Química: un enfoque pluridisciplinario para el estudio del arte rupestre de la Patagonia Septentrional" que se desarrolla en las zonas de Leleque y Tecka (N° 18) (Pérez 1998).
- La zona correspondiente al Chubut del Proyecto "Estudio del aprovechamiento del litoral marítimo por cazadores-recolectores de Patagonia en el sector Centro-Sur de Chubut y Norte de Santa Cruz (Rocas Coloradas-Bahía Laura)" (N° 19)
- Proyecto "Arqueología y Arte Rupestre de la Comarca Andina del Paralelo 42°. La localidad Cholila (Chubut)" (N° 7) (Bellelli et al 1998 y 1999, Podestá et al 2000), en el que se integra el siguiente Proyecto.
- "Estudio de la variabilidad en enterratorios de momentos tardíos de Pampa-Patagonia: aspectos arqueológicos y bioantropológicos" para los estudios de sepulturas y su contenido exclusivamente (N° 3).
- Por otra parte, se han consultado las publicaciones producidas por proyectos de investigación regionales que han brindado resultados relevantes y que ya han finalizado o están en un compás de espera. Algunos de estos trabajos son:
- Parque Nacional Los Alerces (Arrigoni 1991, 1994, 1998 y 1999).
- La zona de Cerro Castillo (cercana a Gastre) (Belardi 1992 a y b, 1996).
- La península de Valdez (Gómez Otero et al 1999a, Gómez Otero y Suárez 1999, Gómez Otero et al 1999b).
- La zona cercana a Rawson donde se realizaron salvatajes arqueológicos (Gómez Otero y Dahinten 1997-98 y 1999).
- Una puesta al día de la arqueología de la costa chubutense (Gómez Otero 1995).
- La costa chubutense del golfo de San Jorge (Arrigoni y Paleo 1991).
- Se puede agregar a esta enumeración el registro y documentación del arte rupestre y/o excavaciones en sitios puntuales, tales como:
- El único sitio con arte rupestre en la costa atlántica conocido hasta el momento, Cañadón Encerrado (Gómez Otero y Vallejo 1996).
- El relevamiento de arte rupestre del Cerro Shequen, en Nueva Lubecka (Gradin 1978).
- El relevamiento del arte rupestre de un farallón en la Estancia Río Mayo, a 15 km de Río Mayo (Arrigoni 1996).
- El relevamiento de los grabados rupestres cercanos a Gaiman (Gradin 1979).
- El relevamiento y estudio de los grabados rupestres del Cerro Yanquenao (Gradin 1986).
- El relevamiento y estudio de los grabados rupestres del sitio La Piedra Calada de Las Plumas, en el curso medio del Río Chubut (Menghin y Gradin 1972).
- La excavación y el relevamiento del arte rupestre del sitio Alero de las Manos Pintadas, en el departamento Río Senguer (Aschero 1975, Gradin y Aschero 1978).
- El relevamiento y diagnóstico del estado de conservación de 19 sitios con arte rupestre del Parque Nacional Lago Puelo, El Hoyo y Epuyén (Sánchez Albornoz 1957 y 1958, Molinari 1991, Bellelli et al 1998, Podestá et al 2000), que se continúa en Río Negro en el área de El Bolsón.
- Las menciones, comentarios y análisis de diversos sitios con arte rupestre distribuidos por toda la provincia, como por ejemplo Cañadón de Sandoval y La Pintada, en el Norte de la provincia; Estancia Moré Niyeo, cercana a Gastre; Estancia Los Libres, en el SW de la provincia; Estancia Bones, en Telsen; Puesto Pallalaf, en Bajada del Diablo; Estancia Los Tajamares, en el Dique Ameghino; Vaquería Selsa, en Las Plumas; Agua y Energía, en Los Altares; El Dobladero, en Los Tamariscos; La Pintada de Comalal, en Colonia Sarmiento; Estancia Dasovich, en Río Mayo; un sitio 3 leguas al SW de Paso Arancibia sobre el Río Chubut y otro 3 leguas al N de la Aguada del Paisano, entre otros (Casamiquela 1960, Gradin 1985, Harrington 1932).
Se han tenido en cuenta también aquellas publicaciones en las que se informan hallazgos relevantes, sobre todo referidos a instrumentos de piedra de especial contenido estético y simbólico, como las llamadas "placas grabadas" y "hachas en ocho" de las cuales se conocen tres de Epuyén, una de El Hoyo y una de Esquel (catálogo de la Colección Alemandri, Greslebin 1930 y 1932, Harrington 1932) o publicaciones que tienen un carácter antropológico en sentido amplio (Harrington 1946, Casamiquela 1987).
Otra fuente de conocimientos sobre el pasado prehispánico del Chubut lo constituyen los viajeros y exploradores que recorrieron el territorio principalmente durante el siglo XIX y los primeros años del XX. Los más relevantes para nuestro propósito son Claraz (1988), Fontana (1976), La Vaulx (1901), Moreno (1999) y Musters (1964).
Otra fuente de conocimientos sobre el pasado prehispánico del Chubut lo constituyen los viajeros y exploradores que recorrieron el territorio principalmente durante el siglo XIX y los primeros años del XX. Los más relevantes para nuestro propósito son Claraz (1988), Fontana (1976), La Vaulx (1901), Moreno (1999) y Musters (1964).
- El viajero suizo Claraz baja desde Carmen de Patagones hasta casi llegar a la colonia galesa del Chubut en el verano de 1865-66. Entra a la Provincia del Chubut al Este de Gastre y llega al valle del Río Chubut probablemente un poco más al Norte del Gorro Frigio. Su relato, que hasta acá había sido pródigo en referencias a paraderos indígenas, no menciona más este tipo de sitios arqueológicos. Parece ser una zona no usada por los indios en esa época pero sí antes. Se ven osamentas de vacas y hay caballos salvajes. Uno de los indios que va con ellos dice que su padre cazaba vacas salvajes en toda esa zona. En un momento refieren un ensanche del valle, que podría corresponder a la zona Norte de Lonco Trapial, antes de Cerro Cóndor. Hay señales de que se prendió fuego en ambas orillas del río, lo que es interpretado como una señal de presencia humana en el lugar. También encuentran bosta de caballo, que según Claraz no era de baguales, ya que no formaban montones. Menciona el uso del río sólo en los pasos de vadeo. Señala uno, Paso de las Perdices, que Casamiquela infiere sería Paso de Indios.
- El comandante Fontana era el gobernador del territorio del Chubut cuando organizó junto con los colonos galeses del valle inferior una expedición para llegar a los valles cordilleranos y allí colonizar nuevas tierras. Sigue el curso del río y menciona la presencia de sepulcros y paraderos prehistóricos en toda su extensión y hasta la confluencia con el Gualjaina, lo cual nos permite inferir que en Lonco Trapial advirtió este tipo de sitios arqueológicos. Refiere lo mismo para la región del valle 16 de Octubre (Esquel) y el del Río Tecka. Hace una muy interesante descripción del último campamento de Foyel, cercano a Gobernador Costa, donde se había producido una batalla en 1884. Acampó cerca del lugar y observó los restos del campamento indígena. Infirió cómo se habría producido el combate a partir de la disposición de los casquillos servidos. Salvo esto último, todo lo referido a lo indígena es muy general y sin ubicación espacial precisa.
El Perito Francisco P. Moreno refiere la utilización de caminos ya transitados por los indígenas en el siglo XIX y también asentamientos indígenas ubicados en el área Esquel o en sus proximidades:
Dos topógrafos utilizaron en 1896 un camino regular que conectaba Tecka con Nahuel Huapi, pasando por la Colonia 16 de Octubre y por Cushamen.
Visita el antiguo rancherío del capitanejo Nahuelpan (en 1880 y 1896), donde hoy está la actual reserva de Nahuel Pan, en el cerro del mismo nombre.
El ingeniero Lange en 1895 sale del valle 16 de Octubre, remonta el Río Percy, llega a sus nacientes, sigue adelante y baja al valle de Cholila. De allí pasa al valle del Rivadavia y descubre ese lago. No hay camino, pero igual lo bordea y logra llegar al Río Arrayanes y al Menéndez. Mientras que Lange hace el primer trayecto, le ordena a uno de sus baqueanos, un indio araucano, que se adelante y lo espere en el paradero indígena de Cholila: "...el día 5 decidió alivianar su equipaje para lo cual envió a Rufino Vera con la tropa por el camino a Esguel y Lelej para que lo aguardara en el paradero indígena de Cholila"...p. 149. Posiblemente Vera haya entrado a Cholila por la actual ruta que parte de Leleque y entra a Cholila por el Valle de El Cajón.
Dos topógrafos utilizaron en 1896 un camino regular que conectaba Tecka con Nahuel Huapi, pasando por la Colonia 16 de Octubre y por Cushamen.
Visita el antiguo rancherío del capitanejo Nahuelpan (en 1880 y 1896), donde hoy está la actual reserva de Nahuel Pan, en el cerro del mismo nombre.
El ingeniero Lange en 1895 sale del valle 16 de Octubre, remonta el Río Percy, llega a sus nacientes, sigue adelante y baja al valle de Cholila. De allí pasa al valle del Rivadavia y descubre ese lago. No hay camino, pero igual lo bordea y logra llegar al Río Arrayanes y al Menéndez. Mientras que Lange hace el primer trayecto, le ordena a uno de sus baqueanos, un indio araucano, que se adelante y lo espere en el paradero indígena de Cholila: "...el día 5 decidió alivianar su equipaje para lo cual envió a Rufino Vera con la tropa por el camino a Esguel y Lelej para que lo aguardara en el paradero indígena de Cholila"...p. 149. Posiblemente Vera haya entrado a Cholila por la actual ruta que parte de Leleque y entra a Cholila por el Valle de El Cajón.
- El Conde De la Vaulx realiza una expedición en Patagonia a fines del siglo XIX, con el objetivo de conseguir colecciones para incrementar el patrimonio del Museo del Hombre, en París. Parte de Carmen de Patagones y recorre buena parte del territorio chubutense. No es fácil seguir su derrotero, pero sus datos señalan una importante población indígena. Incluso visita en varias oportunidades al cacique Sayhueque. No precisa donde se ubica el campamento, pero menciona pinturas rupestres cercanas, a las que les sacó una foto (que no aparece en el libro). Menciona la población galesa del Valle 16 de Octubre (Area Esquel)
- El viajero inglés George Ch. Musters recorre en 1871 la zona Oeste de la Provincia del Chubut. Su recorrido es de Sur a Norte y menciona varios paraderos indígenas, donde acampa junto con sus compañeros indígenas, todos ubicados en la línea de la actual Ruta Nacional Nº 40. En el área de Esquel acampa en el paradero que estaba en donde hoy se encuentra el aeropuerto de esta localidad. Sigue su marcha al Norte y acampa al Sur darroyo Lepá y en Leleque, ambos muy cercanos a los límites del área Esquel.
- Fuente:http://www.mineria.gov.ar
domingo, 2 de junio de 2013
Leyendas Tehuelches. Los inventos de Elal
LOS INVENTOS DE ELAL
Dicen los tehuelches que la Patagonia era solo hielo y nieve cuando el cisne la cruzó,volando por primera vez. Venía desde más allá del mar, de la isla divina donde Kóoch había creado la vida y donde había nacido Elal, a quién cargó en su blanco lomo para depositarlo sobre la cumbre del cerro Chaltén (ubicado en la zona cordillerana de Santa Cruz, conocido hoy como el cerro Fitz Roy).
Dicen también que detrás del cisne volaron el resto de los pájaros, que los peces los siguieron por el agua y que los animales terrestres cruzaron el océano a bordo de unos y de otros. Así la nueva tierra se pobló de guanacos, de liebres y de zorros; los patos y los flamencos ocuparon las lagunas y surcaron por primera vez el desnudo cielo patagónico los chingolos, los chorlos y los cóndores.Por eso Elal no estuvo solo en el Chaltén; los pájaros le trajeron alimentos y lo cobijaron entre sus plumas suaves. Durante tres días y tres noches permaneció en la cumbre, contemplando el desierto helado que su estirpe de héroe transformaría para siempre. Cuando Elal comenzó a bajar por la ladera de la montaña le salieron al encuentro Kókeshke y Shie, el frío y la nieve. Los dos hermanos que hasta entonces dominaban la Patagonia lo atacaron furiosos,ayudados por el hielo y por Máip, el viento asesino. Pero Elal ahuyentó a todos golpeando entre sí dos piedras que se agachó a recoger, y ese fue su primer invento: el fuego.
Cuentan que Elal siempre fué sabio, que desde muy chiquito supo cazar animales con el arco y la flecha que el mismo había inventado. Que ahuyentó al mar con sus flechazos para agrandar la tierra, que creó las estaciones, amansó las fieras y ordenó la vida. Y que un día modelando estatuitas de barro, creó los hombres y las mujeres: los tehuelches. A ellos los Chónek les confió los secretos de la caza; les enseñó a diferenciar las huellas de los animales, aseguirles el rastro y a ponerles el señuelo; a fabricar las armas y a encender el fuego. También a fabricar abrigados quillangos, a preparar el cuero para los toldos, hasta dejarlo liso e impermeable... y tantas, tantas otras cosas que tan solo el sabía.
Cuentan que Elal siempre fué sabio, que desde muy chiquito supo cazar animales con el arco y la flecha que el mismo había inventado. Que ahuyentó al mar con sus flechazos para agrandar la tierra, que creó las estaciones, amansó las fieras y ordenó la vida. Y que un día modelando estatuitas de barro, creó los hombres y las mujeres: los tehuelches. A ellos los Chónek les confió los secretos de la caza; les enseñó a diferenciar las huellas de los animales, aseguirles el rastro y a ponerles el señuelo; a fabricar las armas y a encender el fuego. También a fabricar abrigados quillangos, a preparar el cuero para los toldos, hasta dejarlo liso e impermeable... y tantas, tantas otras cosas que tan solo el sabía.
Cuentan que hasta la luna y el sol están donde están por obra de Elal, que los hechó de la tierra porque no querían darle a su hija por esposa. Que el mar crece con la luna nueva porque la muchacha, abandonada por el héroe en el océano,quiere acercarse al cielo, desde donde su madre la llama.
También que si no fuera porque una vez, hace muchísimo tiempo, cuando hombres y animales eran la misma cosa, Elal, castigó una pareja de lobos de mar, no existirían el deseo ni la muerte.
Finalmente Elal, el sabio, protector de los Tehuelches, dio por terminados sus trabajos.
Dicen que un día poco antes del amanecer, reunió a los chónek para despedirse de ellos y darles las últimas instrucciones. Les anunció que se iba, pidió que no le rindieran honores, pero que si transmitieran sus enseñanzas a sus hijos, y éstos a los suyos, y aquellos a los propios, para que nunca murieran los secretos de los Tehuelches.
Y cuando el sol ya se asomaba en el horizonte Elal llamó al cisne, su viejo compañero. Se subió a su lomo y le indicó con un gesto el este ardiente.Entonces el cisne se alejó del acantilado, corrió un trecho y levantó vuelo por encima del mar.
Finalmente Elal, el sabio, protector de los Tehuelches, dio por terminados sus trabajos.
Dicen que un día poco antes del amanecer, reunió a los chónek para despedirse de ellos y darles las últimas instrucciones. Les anunció que se iba, pidió que no le rindieran honores, pero que si transmitieran sus enseñanzas a sus hijos, y éstos a los suyos, y aquellos a los propios, para que nunca murieran los secretos de los Tehuelches.
Y cuando el sol ya se asomaba en el horizonte Elal llamó al cisne, su viejo compañero. Se subió a su lomo y le indicó con un gesto el este ardiente.Entonces el cisne se alejó del acantilado, corrió un trecho y levantó vuelo por encima del mar.
Inclinándose sobre el ave que lo llevaba, y acariciando su cuello, Elal le pidió que le avisara cuando estuviera cansado. Cuando el cisne se quejaba, Elal disparaba una flecha hacia abajo y con cada flechazo surgía en el agua una isla donde era posible posarse a descansar.
Dicen que varias islas se distinguen todavía desde la costa patagónica y que en alguna de ella muy lejos, donde ningún hombre vivo puede llegar, vive Elal. Sentado frente a hogueras que nunca se extinguen, escucha las historias que le cuentan los tehuelches que resucitados llegan cada tanto para quedarse con él,guiados por el magnánimo Wendéunk (espíritu tutelar que lleva la cuenta de las acciones de los tehuelches y los conduce, después de muertos, al encuentro de Elal).
Tierra del Fuego
El Archipiélago de Tierra del Fuego fué, en un tiempo, el hogar de cuatro tribus de indios. Los exploradores blancos los consideraban los más primitivos y brutales y lamentaban sus saqueos.
Sin embargo, inteligentes, y con bastante cultura, el indio no podía entender el conservadurismo del hombre blanco. El indio siempre compartía lo que tenía. Ahora estas tribus, antes tan numerosas, se encuentran prácticamente extintas, sobre todo por las enfermedades traídas por el europeo, como la sífilis. Además de la pretendida aculturación.
En esta tierra habitaban:
Los Haush o Manekent: perteneces a la tribu más antigua de Tierra del Fuego, eran nomades, parientes de los tehuelches y los onas.
Onas o Shelman: recorrían la mayor parte de la isla, en busca del guanaco, usaban arco y flecha. Muy corpulentos medían más de 1,80 m., excelentes rastreadores. Usaban tatuajes en los brazos y pintaban sus caras para mostrar sus sentimientos. Se organizaban en bandas.
Los Yaganes o Yamanas: (Yagan significa: individuo. Son conocidos como los más bajos de estatura en Patagonia, medían entre 1, 44 a 1 , 64m.)
y Alacaluf o Halakwulup : (Orquera y Piana se refiere a ellos como indígenas canoeros en el siglo XIX, sencillez en su equipamiento tecnológico y su estructura social, nomadismo canoero y mariscador, andaban casi totalmente desnudos pese al clima tan riguroso)
Modelo Social: Flannery/ Modelo Tecnológico, Krieger/ Modelo técnicas de subsistencia: Willey y Phillips
Modelo Social: Flannery
Lítico: técnica dominante la percusión, tecnología de la piedra industrias no especializadas (núcleos y lascas)
Bandas: Familias parentesco. Cazadores-recolectores. Sociedades igualitarias, ceremonias no pautadas.
Tribu: Sociedades igualitarias mayores, filiación. Ceremonias pautadas veneración de antepasados, tenencia de tierras o propiedades. Agricultura.
Jefaturas: Desigualdad hereditaria linajes, jefes de origen divino,elementos suntuarios que brindan estatus, rituales específicos con expertos religiosos. Mayor grado de especialización.
Estados: Forma de organización sociopolitica avanzada, gobierno centralizado, monopolio de la fuerza y presencia de la ley, el estado recluta soldados para la guerra, cobra impuestos y exige tributos. Existencia de mercado, intercambio como estructura económica controlada por una elite. Edificios,obras y servicios públicos. Religión jerarquizada sacerdotes,dioses jerarquizados
Modelo Tecnológico, Krieger
Pre-puntas: nivel tecnológico bajo, solo percusión. Mamíferos del pleistoceno. Nomades.
Paleoindio: mejora el nivel técnico, artefactos chatos y delgados, perdura la percusión como técnica. Puntas de proyectil, piedra tallada y huesos tallados. Alta movilidad, no hay sepulturas; se encuentra fauna del pleistoceno.
Protoarcaico: Aparición de implemento de molienda. Entierros en sepulturas intencionales. Remanentes de mamíferos del pleistoceno. Técnicas de biselado y retoque.
Modelo técnicas de subsistencia: Willey y Phillips. Uso del espacio.Lítico: técnica dominante la percusión, tecnología de la piedra industrias no especializadas (núcleos y lascas)
Industrias especializadas (técnica de hoja, puntas especializadas o acanaladas) Organización parental, vida migratoria, cazadores de mega fauna del pleistoceno. Periodo: Glaciar tardío y pos- glaciar.
Arcaico: Extinción de la mega fauna, animales más pequeños y variados. Recolectores. Pesca. Domesticación de plantas. Ocupación territorial. Ornamentación, inhumaciones.
Formativo: Agricultura, luego vida aldeana. Alfarería, tejido, tallado en piedra y arquitectura ceremonial.
Clásico: Urbanismo, arquitectura, diferencias de clases, jerarquías. Amplio comercio, ajuar funerario, Equipo ceremonial.
Pos-Clásico: Incremento de la vida urbana, militarismo, secularismo. Núcleos políticos religiosos (templos, palacios, pirámides). Complejas y diversas divisiones de trabajo.
Los Pétalos de la Rodocrosita, Leyenda Diaguita
Tras largos días y noches de andar, el chasqui
alcanzó el último tramo del camino que conducía a la morada del Rey Inca.
Llevaba una singular ofrenda destinada al gobernante: tres gotas de sangre petrificadas,
el precioso hallazgo fue recibido con mucha emotividad.
En el Lago Titicaca, en tiempos pasados, se
había construido el templo de las acllas: las vírgenes sacerdotisas del Inti. En
ese sitio se encontraban anualmente el sol y la luna para fecundar los
sembrados y asistir a la sagrada elección de quien heredaría la responsabilidad
de perpetuar la sangre inca. Un día el invencible guerrero Tupac Canqui se
atrevió a ingresar al sagrado templo, desafiando la tradición incaica. Desde el
momento en que descubrió a la bella ñusta aclla, nació su amor por ella.
La sacerdotisa lo correspondió, consciente de ignorar las restricciones del Tawantinsuyo
para las elegidas. Juntos, escaparon hacia el sur, buscando proteger el vientre
de la aclla lleno de vida. El poder imperial bramó y destinó infortunados
grupos armados a castigar a los culpables de la transgresión.
Tupac Canquí y la ñusta aclla se instalaron cerca del salar de
Pipando, donde tuvieron muchos hijos descendientes de los aymarás, que fundaron
el pueblo diaguita. Sin embargo, jamás lograron
deshacerse del hechizo de los shamanes incas. Ella falleció y su cuerpo fue
sepultado en la alta cumbre de la montaña, él murió poco tiempo después,
ahogado en su triste soledad.
Una tarde, el chasqui andalgalá descubrió la
tumba de la ñusta aclla impresionado por ver cómo florecía, en pétalos de
sangre, la piedra que la cubría. Rápidamente salió del estupor y arrancó una de
las rosas para ofrendar al rey inca. El jefe del imperio, aceptando con emoción
la flor de la rodocrosita, perdonó a aquellos antiguos amantes furtivos. En
adelante, las princesas de Tiahuanaco lucieron con orgullo trozos de la piedra
rosa del inca, símbolo de paz, perdón y amor profundo.
El benteveo o pitogüé (leyenda guaraní)
Cuando Akitá y Mondorí se casaron, ocuparon una cabaña construida con
varios horcones clavados en la tierra y cubiertos con ramas y con hojas de
palmera. La nueva oga mí estaba en plena selva misionera. Cerca, el gran Paraná pasaba impetuoso
formando pequeños saltos en las piedras que encontraba al paso. Al morir la
madre de Akitá, su padre, que quedara solo, les pidió albergue en su cabaña y,
como buenos hijos, recibieron con cariño al pobre tuyá a quien la edad y las
enfermedades habían restado energías y capacidad para trabajar. A pesar de ello
él trataba de no ser una carga para sus hijos, a los que ayudaba en lo que le
era posible. Para entonces ya había nacido Sagua-á, que al presente contaba
ocho años.
Una de las tareas del abuelo, y que por cierto cumplía con sumo agrado,
era atender al pequeño mientras sus padres, por su trabajo, se veían obligados
a alejarse de la cabaña. Grandes compañeros eran el abuelo y el nieto. Jugando,
aquél le enseñaba a manejar el arco y la flecha y nada había que distrajera más
al niño que ir con él a pescar a la costa del río. Cuando sus padres volvían,
era su mayor orgullo mostrarles el surubí, el pirayú, el pacú o el patí que
habían conseguido y que muchas veces ya se estaba asando en un asador de madera
dura. Otras veces, era una vasija repleta de miel de lechiguana que lograran en
el bosque no sin grandes esfuerzos.
Para el pobre tuyá no había más deseos que los de su nieto y, aunque a
costa de grandes sacrificios, muchas veces, su mayor felicidad era complacerlo.
Valido de tanta condescendencia, el niño era un pequeño tirano que no admitía
peros ni réplicas a sus exigencias. Sólo en presencia de sus padres que,
compadecidos de la incapacidad del abuelo, restringían sus pretensiones,
Sagua-á se reprimía.
A medida que el tiempo transcurría, las fuerzas fueron abandonando al
pobre viejo que ya no podía llegar hasta la orilla acompañando a pescar a su
nieto, ni hasta el bosque a recoger dulces frutos o miel silvestre.
Pasaba la mayor parte de su tiempo sentado junto a la cabaña, haciendo
algún trabajo que su poca vista le permitía: tejiendo cestos de fibras
vegetales o puliendo madera dura que transformaba en flechas o en anzuelos para
su nieto. Sagua-á correteaba sin cesar, alejándose de la oga mí con cualquier
pretexto y dejando solo y librado a sus pocas fuerzas al abuelo, que nada decía
por no contrariar al niño ni privarlo de sus diversiones. Cuando los padres
regresaban, encontraban siempre a su hijo junto al abuelo, de modo que,
confiados en que el niño no se movía de su lado, dejaban tranquilos la cabaña
para cumplir su trabajo en el algodonal.El anciano, por su parte, jamás había
dicho una palabra que pudiera delatar al cuminí, ni intranquilizar a sus hijos.
Pero sucedió que un día, Sagua-á se detuvo más que de costumbre en sus
correrías por el bosque con otros niños de su edad y al llegar Akitá y su
tembirecó Mondorí a la cabaña, hallaron al abuelo que no había probado alimento
por no haber tenido quien se lo alcanzara. Sus piernas ya no le respondían y
era incapaz de moverse sin la ayuda de otra persona.
Indignado Akitá quiso conocer el comportamiento de su hijo en días anteriores,
haciendo preguntas al abuelo; pero éste, pensando siempre en el nieto con
benevolencia y cariño, contestó con evasivas, evitando acusarlo y encontrando
en cambio disculpas que justificaron su alejamiento. Cuando Sagua-á llegó
corriendo y sofocado, tratando de adelantarse al arribo de sus padres, Akitá lo
reprendió duramente, enrostrándole su mal proceder, su falta de piedad y de
agradecimiento hacia el pobre abuelo que tanto le quería y que no había hecho
otra cosa que complacerlo siempre. Sagua-á nada respondió. Bajó la cabeza y su
rostro adquirió una expresión de ira contenida. En su interior no daba la razón
a su padre sino que, por el contrario, juzgaba injusto su proceder. ¿Por qué
él, sano y fuerte, que podía correr por el bosque, trepar a los árboles,
recoger frutos y miel silvestre, o llegar a la costa, echar el anzuelo y pescar
apetitosos peces, debía quedarse allí, quieto, junto a una persona inmóvil?
¿Acaso al abuelo, cuando podía caminar, no le gustaba acompañarlo en sus
excursiones? ¿Qué culpa tenía él, ahora, de que no pudiera hacerlo? Y en último
caso, si no podía caminar, que se quedara el abuelo en la cabaña, que él, por
su parte, nada podía remediar quedándose también.
El tirano egoísta había aparecido en estas reflexiones, que si bien no
exteriorizó con palabras, lo decían bien a las claras su ceño fruncido y su
expresión airada que en ningún momento trató de disimular. Desde entonces,
varios días se quedó la madre en la cabaña. El padre iba solo a trabajar. El
abuelo se había agravado y ya no podía abandonar el lecho de ramas y de hojas
de palma. Era necesario atenderlo y alcanzarle los alimentos, pues él era
incapaz de moverse por su voluntad. Ese día muy temprano, cuando las estrellas
aun brillaban en el cielo, Akitá salió a trabajar. Su tembirecó iría algo más
tarde pues era imprescindible su ayuda ese día. Sagua-á quedaría cuidando al
abuelo.
Cuando despuntaba la aurora, Mondorí consideró que era hora de salir.
Antes de hacerlo, despertó a su hijo que dormía profundamente. El niño se
despertó de mala gana, refregándose los ojos con el dorso de sus manos.
Malhumorado al tener que dejar el lecho tan temprano, respondió irritado al
llamado de la madre:
-¡Qué quieres! ¿No puedes dejarme dormir?
-No seas egoísta, Sagua-á. Tu abuelo no puede quedar solo y además es necesario
atenderlo. Su enfermedad le impide moverse por su voluntad y es justo que se lo
cuide. Tu padre y yo debemos trabajar y tú tienes la obligación de dedicarte al
pobre abuelo enfermo.
-¿Por qué tengo que atenderlo? -insistió iracundo-. ¡Yo había decidido ir al
río a pescar y por culpa de él debo quedarme acá como si estuviera prisionero!
¡Ya he preparado la igá y yo iré a pescar! ¡El abuelo no necesita nada!
-¡No seas malo, Sagua-á! Recuerda que tu abuelo fue siempre muy bueno contigo y
que sólo bondades y mimos has recibido de él. Ahora te necesita, ¡es justo que
le dediques tu atención! ¡Te prohíbo que te muevas de casa! ¡Ya irás a pescar
cuando hayamos vuelto tu padre y yo!
-¿Exiges que me quede? Muy bien... ¡me quedaré! ¡Pero te aseguro que no me
obligarán a hacerlo otra vez! -concluyó amenazante el desesperado Sagua-á.
Triste se fue Mondorí al reconocer los sentimientos mezquinos que
dominaban a su hijo.
Mientras iba caminando, pensó en Sagua-á cuando era pequeñito y recordó la
bondad que albergaba entonces su corazón... Con su manecita tierna acariciaba a
los animalitos que se acercaban a la cabaña en busca de alimento y a los que
era capaz de dar lo que él estaba comiendo... Y no olvidaba el día cuando,
entre dos de sus deditos traía una florecilla silvestre cortada por él mismo
que le entregó mirándola con expresión tan alegre y orgullosa como si le
hubiera dado un tesoro... ¡Cómo había cambiado su hijo! ¡Qué malos sentimientos
se habían apoderado de su alma! ¿Cuál sería la causa de este cambio? Temió la
madre por él. Tupá, el Dios que premiaba a los buenos, no dejaba sin castigo a
los malos. ¿Qué tendría reservado para Sagua-á? Dominada por tan tristes
pensamientos hizo el camino hasta la plantación de algodón, donde su marido ya
estaba trabajando desde tan temprano, y lamentó que la inminencia de la
recolección no le hubiera permitido quedarse junto al abuelo enfermo. No tenía
confianza en que Sagua-á le prestara la atención necesaria.
Mientras tanto, allá, en la cabaña de la selva misionera, su triste
presentimiento se cumplía. Sagua-á obedeció a su madre: no se movió de la casa;
pero se dedicó a arreglar sus útiles de pesca y a preparar los elementos que
utilizaría al día siguiente cuando pudiera ir al río como él deseaba. Del pobre
abuelo ni se acordó siquiera. En cierto momento oyó que lo llamaba con voz
débil y entrecortada:
-¡Sagua-á...! ¡Sa... gua...á...!
Malhumorado el niño al verse molestado e interrumpido en su ocupación de mala
gana respondió:
-¿Qué quieres? ¡Ya voy!
Pero ni se movió.
El anciano, mientras tanto, se debatía en su lecho con un desasosiego que
crecía por momentos.
Sagua-á oyó que lo volvía a llamar:
-¡Ven... Sa...gua...á...! ¡Ven... por... favor...!
Acudió por fin el niño de mala gana. Cuando estuvo junto al inimbé donde yacía
el enfermo, airado volvió a preguntar:
-¿Qué quieres?
-¡Alcánzame un poco de agua...!
-¿Tu vida se apaga? ¿Se apaga como un cachimbo? -y continuó riendo divertido
por la gracia que le habían hecho sus propias palabras.
-Sí... mi vida se apaga... como un pito güé... Alcánzame un poco de agua...
Hazme ese favor...
Pero el desalmado, sólo pensaba en reír y repetía sin cesar:
-Pito güé... Pito güé...
El viejo, mientras tanto, llegados sus últimos momentos, con los labios
resecos, vencido por una sed abrasadora, expiró.
Al mismo tiempo el niño, que asistía impasible a la escena, continuaba
repitiendo las palabras que le habían hecho tanta gracia:
-Pito güé... Pito güé...
Nada le hizo pensar en la transformación que se producía en esos momentos en
él.
Su cuerpo se achicaba, se achicaba más y más, cubriéndose de plumas de color
pardo. Su cabeza, ya pequeñita, se alargaba y su boca se transformaba en un
pico con el que hallaba cierta dificultad para seguir gritando:
-Pito güé... Pito güé...
Momentos después, en la cabaña, sobre su lecho de palma yacía exánime el
anciano, mientras en un rincón, junto a la ventana, un pájaro de lomo pardo y
pecho amarillo, que tenía una mancha blanca en la cabeza, no cesaba de repetir:
-Pito güé... Pito güé...
Era Sagua-á, que, castigado por su egoísmo y su mal proceder, fue
transformado en ave por uno de los genios buenos que enviaba Tupá a la tierra.
Ellos eran los encargados de premiar a los buenos y dar, a los malos, su
merecido. Cuando Akitá y Mondoví volvieron, encontraron al anciano muerto en su
inimbé. En el momento de entrar, un pájaro de plumaje pardo y amarillo voló
pesadamente, saliendo de la habitación por la abertura de la puerta.
Una vez en el exterior, parado en una rama del jacarandá que crecía junto a la
cabaña, no dejaba de gritar con tono lastimero:
-Pi...to güé... Pi...to güé... Pi...to güé...
Este, decían los guaraníes, había sido el origen de nuestro benteveo, al
que ellos llamaban pito güé, imitando su grito, en el que creían ver
reproducidas las palabras que causaran tanta gracia al pequeño egoísta cuando
las oyó de labios del abuelo moribundo.
Vocabulario
Akitá: Terrón.
Mondorí: Cierta clase de abeja.
Tujá: Anciano, viejo.
Pirayú: Dorado (pez).
Pacú: Pez grande de agua dulce.
Patí: Pez grande sin escamas.
Surubí: Especie de bagre grande.
Sagua-á: Arisco.
Cuminí: Niño.
Tembirecó: Esposa.
Igá: Canoa.
Inimbé: Lecho.
Pito Güé: Cachimbo que fue.
Tupá: Dios bueno.
Oga mí: Casita
Mondorí: Cierta clase de abeja.
Tujá: Anciano, viejo.
Pirayú: Dorado (pez).
Pacú: Pez grande de agua dulce.
Patí: Pez grande sin escamas.
Surubí: Especie de bagre grande.
Sagua-á: Arisco.
Cuminí: Niño.
Tembirecó: Esposa.
Igá: Canoa.
Inimbé: Lecho.
Pito Güé: Cachimbo que fue.
Tupá: Dios bueno.
Oga mí: Casita
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